La tristeza es acumulativa y los días en los que estamos tristes sólo son visiones completas de lo que no queríamos ver, un marco de angustia e insatisfacción, de conformismo y sobretodo de heridas en los brazos.
Soy tan transparente, aparentemente, que "nadie" tiene ni idea de lo que ocurre en mis entrañas, porque si lo supieran me caería tan a pedazos que solo se distinguiría los diferentes colores entre mis huesos y mi piel. Un espejo de doble fondo que tan solo quiere comprensión o incomprensión.
Muy joven para tener tantos años encima.
Envuelta en una capa fina que no me deja pensar en nada más a parte de en lo bien que me siento, rodeada de un confuso "paso" que no deja a flor de piel nada de lo que ocurre dentro, pero que puede romperse en cualquier momento. Estoy segura de que no se romperá, porque para eso he estado años y años de preparación.
Y es que, "nadie" tiene nombre.