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miércoles, 28 de diciembre de 2016

Sin explicación

Me ahogo con las sogas que caen cuando llueve, por equivocación, cuando llueve dentro y no fuera. Escucho sirenas de mi posible mal entendido, no estoy muerta, solo me estoy desintegrando. Aun respiro el aire frío que se cuela en mi jersey. Tengo tres huesos rotos mal curados que estorban a mi manera de andar. Ando torcida de un lado a otro. Al borde de los arrecifes.
Estar triste es mi don especial, algunos saben cantar, yo lagrimeo tristeza.
Cada día es un muerto mas en mi esquina, un día gris que hay que pintar. Me han robado mis acuarelas.
Quien los pintará ahora, nadie más tiene pinceles.
Tengo frío, nadie tiene fuego.
Todo el mundo esta apagado, y yo estancada, presa, tendida en una corriente de agua sucia.
Estoy sola en el lugar donde yo lo entiendo todo, nadie mas lo hace.
El resto del mundo esta escrito con incógnitas, y yo para ellos también.

domingo, 11 de diciembre de 2016

La inspiración es la contaminación del alma

Suena un poco riduculo cobijarse en tu recuerdo cada vez que me subo a un autobús, pero era temprano y no necesitaba muchas escusas para dejar que mi mente cobrará el mando de mis pensamientos y cabalgara hacia lugares dónde ya había estado antes, y quería volver, pero no decirlo.
Pensé que la brisa no era más que un aviso de que mirara hacia atrás, hacia el lago profundo donde guardo mis secretos, que he estado toda la noche pensando en el tacto de tu abrigo, y si es áspero yo pensaba en él como si acariciara la hierba mojada que se esconde bajo los rayos de sol que amenazan con deslumbrarte a las cuatro de la tarde.
Pensé en los oscuros antros en los que me perdería si no volvería a usar tus manos, si no volvería a esconderme en tu regazo para no encontrarme a mí. Ya he dejado de buscar pájaros tristes que se caen antes de alzar el vuelo, ahora busco respuestas que me miran desde el otro lado de la habitación deseando que las encuentre, deseando gritar ¡Sí!
Una pradera húmeda es el rincón donde se encuentra mi cabeza, un marco de flores viral en las que juego a arrancar pétalos, hasta que una luz me abrace y me diga que es hora de volver a casa, que se está haciendo de noche y puede empezar a llover, que la lluvia me dará la soledad de la que ando huyendo, y me voy.
Tengo miedo a la oscuridad, el terror nocturno es miedo a la soledad, a estar sola cuando vengan a llevarte consigo monstruos y fantasmas disfrazados de monstruos y fantasmas sin armas de fuego.
Pensé en la ráfaga de viento que se levantaba detrás de tu casa una y otra vez, y giré la cabeza, por fin salí del pantano mugriento y pude ver una oleada cálida en tu ombligo, un trozo de arena mojada, un suspiro desbocado de satisfacción que me traía la vida plena, la tranquilidad en la sombra de un roble, agazapados, con la certeza de saber que puedo volver siempre que quiera.

domingo, 13 de noviembre de 2016

Julio

Esto sí que son fuegos artificiales. El secreto oculto de como sabían tus besos ha sido descubierto, y es totalmente lo que me temía, fuegos artificiales, los malditos fuegos artificiales de los que habla todo el mundo, con secuelas de añoranza, de que es lo que va a pasar y que es lo que está pasando.
Nadie debería vivir sin los fuegos artificiales.

Mis suspiros deberían enseñarte que cada vez que tus labios rozan los míos, es como si estuvieran hechos de metal y de repente se fundieran con el calor de los tuyos, como si cada beso fuera el primero, con las desesperaciones y las esperas, con las sorpresas y las ganas descargadas en ese preciso contacto en el que yo muero y vuelvo a nacer en cuestión de minutos y como si fuese la primera vez que como después de tres días de ayuna.

Quédate el resto de nuestra existencia cobijado en mi pecho, teniendo tu pelo a la altura de mi barbilla para que me haga cosquillas, total, no hay nada mejor que hacer en esta ciudad.
Tu delicadeza es todo lo que necesito en este momento, tus caricias que parecen la avenida de un océano, tus estilizadas manos tocando mis dedos, tan firmes, y suaves, que se derriten, y yo con ellas.
La comisura de tus labios es donde quiero acabar cada noche, para dormir en ella, y así estar completamente segura  de que no hay otro lugar en el mundo en que me conozca más.
No hay lugar, ni tiempo, ni cosa, ni certeza que pueda llegar a sentir lo que son tus labios cuando los muerdo, ni quiero que lo sientan.
No me importan todas las heridas que puedan llegar a hacerme los fuegos artificiales, ahora solo los estoy contemplando.

domingo, 23 de octubre de 2016

Haemolacria

Por la inercia de mis ojos que vivo soñando, que vivo pensando en los que se esconde tras los matorrales de tu inexactitud, y que duele.
Que abro las ventanas y entra en frío y duele,
limpio los cristales y miro, y duele,
y veo, y duele,
observo, y duele.
Me veo a mí sentada en la parte trasera de un porche.
Y me quedo ciega.
Nunca antes había llorado tanto,
Nunca antes había escuchado tantas cosas que temía escuchar.
El jueves que todos los miedos se hicieron realidad,
El día que el cielo se rió profundamente de mi,
De mis entrañas,
De las ocho veces que he sido estúpida.
Ya no recuerdo mi nombre, estaba escondido en el fondo de una botella,
La botella opaca que se rompió y todos pudieron ver lo que había dentro:
Decepción.
La botella que nunca supo nadar, porque le dolía.
La botella que se sentía producto de la contaminación del medio ambiente, al ser de cristal y cortar a los delfines.
Tengo que dejar de llorar antes de que entre alguien.

hipersensibilidad

Quería abrir en canal mi pecho y hacer una fotografía un tanto sádica de lo que llevo dentro, para responder con una imagen a toda esa incomprensión. No tengo falta de sueño, no tengo falta.
Quería ver un complejo sistema de anclajes, pero encontré un tiovivo de cuerda.
Quería contemplar venus, pero solo estaba la playa de aquel verano en el que empecé a distinguir los colores.
Quería decir algo sin tener que pensar en sus repercusiones, pero antes de eso las repercusiones se lanzaron sobre mi cabeza gritando ¡No!
Siempre esperando a que inventen la cura para la incertidumbre, para la espera, para mi espera.
Por mí como si se incendian los lugares donde he estado preguntándome el porqué de la apariencia común, cuando en el canal solo encontré trocitos de confeti y plastilina rosa.
Cantando canciones que no he escuchado en mi vida, llorando por gatos atropellados que no conozco, y mi sollozo llega más allá de la atmósfera, que un país frio es un congelador de carne, que no siente.
Quería verme a mi sin ver a nadie más, sin nadie mas delante, sin nadie más detrás, pero no me encuentro.
Quería andar sin remordimiento pero vi a un pájaro muerto en medio de la acera, me jodió todo el día.
Ya puedo esperar a que algunos de mis actos cobren sentido, antes de que sea el sentido el que me cobre a mí por no llevarlo en ninguno de mis bolsillos.


martes, 20 de septiembre de 2016

Las flores no hablan

Los girasoles hablan tras el cristal que forma mi inseguridad.
Dicen que para que salir de casa, si tú no alumbras la bahía por la que mis vestidos bailaban cada martes trece.
Para que cantarle una oda a la alegría, si la alegría se fue en el tren que arrolló mis pies.
Para que mirar un paisaje en el que no es primavera, en el que no es mi día porque nunca fueron míos.
Fueron tuyos.
Dicen que no haga la comida, si es que nadie más va a probarla.
Me dicen que a veces, para encajar con una persona que es tu mitad, tienes que partirte en dos para así poder encajar.
Lo chungo viene cuanto no te partes en dos, sino en más de 100 pedazos.
Entonces ves nevar tu cuerpo por dentro, cuando hace 43 grados en la calle, y está lloviendo, pero también hay un huracán.
Y es así como todas las catástrofes naturales van a parar a mi cabeza.
Dicen también, que aunque me vista de princesa, aunque me pinte los labios y los ojos, aunque me haga una foto sonriendo en el espejo, tengo una canción triste bajo los ojos.
No me claves tus puñales, porque duele.
Y me hacen mal
Tengo miedo de sentirme hielo, de sentir frio, de vaciar mi estómago con fármacos para un resfriado.
No vuelo,
no tengo luz.
Voy a arrancar los girasoles porque me hacen daño,
porque me recuerdan mi estado de lluvia,
porque me hablan,
porque no es primavera,
y se van a morir
tarde o temprano.

lunes, 5 de septiembre de 2016

Sin filtros.

A veces me pregunto que es el amor, y entonces recuerdo cuando te besaba a la salida del colegio, y no quería que te fueras, siempre uno mas, siempre otro mas, que son muchas horas las que faltan para volver a verte.
Otras veces pienso en el amor, en un amor intenso, inmenso y sincero, entonces eres tú quien viene a mi mente, algo tan inocente, sin filtros, sin pensar en estabilidad porque esto no nos hace falta, porque es inevitable.
A veces pienso en ti, y no solo en tu sonrisa vibratoria, ni en tus ojos de cristal, pienso en la noria en la que me sumerges, en las vueltas nuevas y viejas, en cada vuelta en un país distinto, ciudades y planetas.
Que si pienso en nosotros no esta todo hecho, no esta todo dicho, no hay nada decido, no hay nada pensado, tan solo hay un deseo implícito de que nos cuidemos el uno al otro hasta que nos salgan canas y tengamos que cuidar a 7 personas más.
Guárdame, acúname, dame cuerda, y nunca me gastaré.
No me gasto de gastarme contigo en el tiempo que ha pasado, y todo es nuevo, una vez más, hacer lo mismo es una novedad, que todo sigue igual pero distinto, y no cabe duda, porque no hay sitio para estas, que empieza a ser inevitable que te quiera como te quería la primera vez que te empecé a querer.

miércoles, 24 de agosto de 2016

Por tus ramas


Mira bajo el cielo y di que no es cierto, que nada de lo que ves es real si no vivo, si no siento, si no padezco ante el hecho de no estar padeciendo tu ausencia, que nada es verídico si no respiro, si no sueño con pasar piel con piel mis últimos minutos antes de quedarme dormida, si no sueño después de soñar despierta, contigo.
Enciende una vela en mi ausencia si decides retirarte de la batalla porque esta nunca se apagará.
No vuelo si no es contigo hacia ninguna parte, hacia todas las partes del mundo que son ninguna, he visto miles de cosas y de todas ellas, tú, eres mi favorita.
Y paso de nuevo a pasos de tortuga por tu mente, para saber si es verdad todo lo que dices, y cada vez me gusta más hacerlo, y quedarme dormida en un rincón cuando no me despiertan de sopetón despertadores desagradables que matan mi confianza en menos de lo previsto.
No quiero volver atrás en el tiempo, sino avanzar y que tú sigas dándome besos de esquimal, que yo siga pensando en ti como lo que viene detrás de una estrella fugaz y tú sigas sabiéndolo.
Tan enamorada que mis manos se deshacen cuando toco tus pupilas.
Cuando llegue la mañana tu seguiras en tus trece de darme suerte a mí y yo tal vez tras mil intentos de hacer lo mismo contigo este un poquito más cerca de conseguirlo. Tú duermes y yo estaré a los pies de un alcornoque pidiendole que si me salen raices las conduzca hasta ti y no hacia el centro de la tierra.
No creo que pueda pedir más cosas, no creo que pueda ser más, tampoco menos, solo igual. 
No sé si tú tienes el poder de cambiar, pero si es así, yo tan solo quiero que no seas menos, que no seas mas, que no seas ni hoy ni mañana, tan solo que seas igual.

miércoles, 3 de agosto de 2016

Nada

Nada es la palabra más fea del mundo cuando define nuestro espacio, nada es lo que me pasa siempre que quiero gritar que me entiendas. Nada de nada de nada.

Una hortiga en el desayuno de reproches, que nunca puede haber líneas sin cortes longitudinales, ni baches. Siempre no del todo, algo esta mal, no es exactamente lo que busco, tu así pero otros más, mucho más.

martes, 2 de agosto de 2016

Libélula

Que no es hoy ni mañana cuando me derrumbo, cuando todos los ríos tratan de nacer de mis ojos.
Cuando te da igual mi sexto sentido de adivinar lo que ocurre tras los cristales opacos y no te interesa sufrir mi hipersensibilidad porque es muy complicado llevar un globo en un pajar de alfileres.
No trato de hacer padecer a nadie mi falta de sentido común, solo alguien que entienda una tercera parte de mis ruinas de papel, solo alguien que entienda la desestabilidad que provoca el viento de cara.
Mi piel se desintegra con las primeras gotas de lluvia y pido a gritos un jersey viejo con el que poder protegerme, pero que nadie parece tener en su armario.
Quiero creer que hablando se esfumarán todos los cuervos que vienen a picarme en la cabeza.
Los insecticidas comunes ya no matan a los gusanos presos del hambre y yo sigo queriendo creer en que inventarán algo para el bien común y no para amueblar casas en las que hay que tirar cosas para que quepan otras nuevas.
Debería callarme riendo y no a golpes.
Debería respetar mi forma de ser en los momentos en los que a alguien le parezca demasiado expresiva y tal vez serlo más aún.
No quiero reprocharme más flechas sin intenciones, más armas que no he tirado yo y abrir todas las ventanas a la vez.

viernes, 8 de julio de 2016

Yo

Cada vez que llaman a mi puerta espero que seas tú, incluso cuando hay un incendio y he llamado a los bomberos, quiero que seas y no ellos, porque prefiero calmar mi estomago en llamas que salvar mi cocina de la chamusquina.

miércoles, 11 de mayo de 2016

Árboles de cartón.

Soy el hermano menor del cuento de los tres cerditos, aquel que fabrica su casa de paja, porque no cree que haya algún lobo tan malo en el mundo, como para destrozarla y comérselo.
Que la pena de muerte es más muerte que pena, porque si fuera pena no existiría.
Soy el niño sietemesino que provocó su propio parto, para tener un mes más en el que cambiar el mundo. Un mes más en el que sin dudarlo, movería los cielos para que todas las personas del mundo miraran hacia arriba, por una vez en sus vidas, y dejaran de mirarse sus ombligos.
Soy el trozo de mar que sufre cada vez que tiene que romper una ola, por el simple hecho de que romper me parece una muerte prematura, en la que no te mueres, pero lo contemplas desde lejos.
Juro que pensé en convertirme en un terrón de azúcar, porque nunca llegué a pensar que las nubes mandarían llover, sin importarles que me derritiera. Tal vez tenía que llover para alimentar otras cosechas, y no le importaba causar inundaciones en parques y estaciones de trenes.
Si el mundo gira en una dirección, yo me he equivocado de flecha y me estoy llevando vientos de cara que me estropean la visión.
No tengo mas años que contar, tengo años que hacer. Ser insensible a la insensibilidad y cortarla de raíz, meterle un disparo entre ceja y ceja, y que se desangre delante de mis ojos. Ser intolerante a la intolerancia y no permitir su nombre en ninguna escuela. Decirle a los tiempos amargos que se endulcen, que nadie ha hecho nada como para que se distribuyan al azar las desgracias. Si vamos a jugar con ases preferiría que se me dijera antes de quemarlas para calentarme las manos, porque fuera hace frío, y yo no sabía que te podías refugiar a cambio de dinero, de papel, en fin.
Personas de cartón, hacen cajas con vuestras cabezas, y yo solo quiero hacer magia en un rincón mugriento de las callejuelas por las que pasan cabezas sin cabezas, sacar de la chistera un conejo y decirle que me quiera, que me puede querer, porque no hay nada más mágico que dejarse querer.
Ciudad de cartón, en ti se mueren y se salvan, se forman y se revelan, pero sobre todo te queman, y te estrujan hasta que te llenan de edificios y cuando no tengas nada más que darles, buscarán un trozo de campo en el que los cartones aún sean árboles, para volver a pedirle libertad al mundo, y cuando la tengan, enjaularla.

domingo, 8 de mayo de 2016

Natural

Tráeme impulso, que hoy sí.
Que si los pájaros alzan sus alas y saltan de los nidos, yo no tengo que justificarme cada vez que me tire de uno.
La vergüenza es solo miedo, y el miedo una muralla.
Si soy un cúmulo de emociones es porque las tengo. Si no lloras, lloras hacia dentro y te inundas.
Tal vez sea por eso por lo que somos una explosión, un garabato de color, un atardecer constante, un cuadro abstracto sin margen, ni lienzo, un grito de libertad en un país reprimido, o la esperanza del cambio en alguien que lleva toda la vida intentándolo.
Tal vez por eso vuela más un pájaro en tus manos que en el aire.
Me pintas con los dedos colores nuevos.
Que lo que siempre se me pasa por la cabeza cuando estamos juntos son pájaros, y no aviones, porque no quiero viajar a ningún sitio donde no esté tu naturalidad. A ninguna otra parte, porque en las otras ciudades llueve, y en ti, no.
Que si te quiero es porque no puedo evitarlo, porque me encuentras a mi misma en cualquier parte y me empujas a darle cuerda a todas las cajas musicales que había olvidado en el cajón de los recuerdos.
Contigo siempre es sí, siempre es más y siempre es yo, cuando con los demás todos son dudas.
Contigo siempre es víspera de volver a verte, en vez de tiempo, todos los días.
Mariposas escondidas que no se pueden morir, que son los únicos seres vivos que no se pueden morir mientras tú te estés cobijando en mi pelo, mientras me pierda en la maleza del bosque porque tú te has perdido antes, y no haya mejor forma de encontrarme que encontrarte a ti, sin preocuparte por todos los acertijos que tiene este mundo, siempre y cuando no me de miedo la oscuridad, y siga a oscuras tocándote las manos, esperando que pare de nevar, sin darme cuenta de que ya paraste la tormenta mucho antes de que pudiera oír los truenos.
No mueren porque sabes leer los desastres.
Ahora ya, no se caminar por la calle sin que las paredes me señalen todos los sitios en los que más que uno, hemos sido 25.

martes, 26 de abril de 2016

Seguir en mis treces

Sigo en mis treces sin pizca de mala suerte, en el trozo de arena en el que dibujé un corazón con los dedos, donde la lluvia no se atreve a llover, en mi paro cardiaco instantáneo, en mi muerte súbita y resurrección, amanecer y atardecer constantes.
Tengo un árbol junto a mi casa que a veces la frutos, y otras se marchita.
Tengo un nido de pájaros en mis entrañas que no piensan en otra cosa que alimentar a sus hijos.
Tengo cientos de golondrinas allí, que solo buscan el norte, y no lo encuentran, y quieren emigrar a las zonas cálidas, pero solo encuentran en verano en mis labios cuando me besas.
Tengo descuidos, heridas en sal y luces de neón, tormentas y relámpagos. Y un mar en calma.
Tengo miles de monstruos que solo se mueren cuando me tocas.
Tengo los versos que quiero decirte, pero ninguno de ellos rima.
Tengo un mar en el que puedes naufragar, una manada de lobos que solo aúlla cuando te vas, un largo camino por delante y tengo la esperanza de que jamás desaparezcan.

domingo, 17 de abril de 2016

Tres pastillas para no ver

Deja de escuchar mierda y concéntrate en tu música de los años 70 en la que todo está escrito en verso, en la que solo tú sabes porque te gusta porque entiendes. Música que no almacena recuerdos porque es tuya y de nadie más.
Las cosas importantes no se cuentan a nadie.
Tranquila que sé que este mundo te agobia, que los edificios son cuadrados y te asustan, que más allá de estas ciudades de papel solo hay un horizonte que ves sin esfuerzo. Que lo digo en serio y solo nosotras lo sabemos. Este mundo no está hecho para ti, no para tu corazón de arena, no para tus huesos de astillas. No donde todo se infravalora, donde todo está lleno de insensibilidad, donde todo se pudre al cabo de un tiempo.
Sé que piensas que esta ciudad de papel desgatada, se ha cargado las formas inexactas, las mezclas de colores y tu desmesurada forma de expresar los días en los que quieres que el sol se mueva más despacio. También se ha cargado las noches en las que la luna está en tu fase lunar favorita, ya no tienes tiempo de mirarla y sentirte como ella, incompleta para los ojos de los que te miran de lejos, pero entera para ti misma, y para el sol.
He pintado un cuadro con tu cara hace dos años, sé que te da miedo cambiar por eso sigues llevando el mismo peinado, pero no te pega nada. Deja de atarte a cuerdas rotas que al final siempre te caes, y te abres las rodillas, y gritas ¡Qué tonta soy! pero lo sabías desde el principio.
Deja de buscar caminos por los que andar que tu ya tienes el tuyo, y gana de una vez esa lucha constante contigo misma que la respuesta es sí.
No creas que permitiré que sea no.
Que las líneas rectas te agobian, solo estoy yo para torcerlas. No tienes que compartir tu manual con todo el mundo, si lo cuentas, ya no merecerá la pena.
Nadie más necesita tener tu odio a los horarios, a la planificación.
Estamos juntas en esto, solo yo sé que eres una mezcla de flechas hacia cientos de direcciones equivocadas, un lio.

lunes, 11 de abril de 2016

Espinitas

Tengo una espinita en la mano, de vez en cuando me la clavo en el corazón, y me duele. Vaya si duele. Y sangra, vaya si sangra.
Cura mi herida infectada que yo sola no puedo, que se me va de las manos y me encierro en mi habitación anti-pánico que tiene mas malos ratos que vidas. Dame una ducha, limpia, sin trampas. Dame un tiempo, dos o tres eternidades, juntos.
Decórame con pegatinas de colores, pero solo mías, no quiero los restos de nadie más.
Hazme papel y mánchame de té, de café, de témperas de colores y de plastidecor. Nunca de huesos rotos.
No cuentes mis secretos.
No te creas que lo sabe alguien más.
No cuentes que me curas, nadie mas necesita saberlo.
Conviérteme en tu reloj de mano que no necesita cuerda, pero aun así dame cuerda todos los días porque te apetezca mover la muñeca.
Dibújame las estrellas en el ombligo hasta la madrugada de dentro de dos días y cuando las hayas contado todas, crea nuevas constelaciones.
Ponme nerviosa y dame pastillas para dormir.
Y cuando por fin me quede dormida, bésame la frente, y quítame la espinita de la mano.

sábado, 27 de febrero de 2016

Museo de mariposas

La verdad es que estoy harta de explicarle al mundo que es lo que pasa con nosotros, estoy harta de poner puntuaciones y que me exijan que defina nuestro estado de ánimo en cada milésima de segundo que pasa.
Me he salido de mi camino y ahora ando por una línea recta pintada de blanco hace ya semanas. Doy un salto y vuelvo, a la línea torcida de plastilina que se amolda con mis pasos y se dibuja al azar.
A mi azar, al azar que yo elijo por antojo.
Mal vais conejitos siniestros, si pensáis que tal vez pueda compartir con vosotros algo de mi maravillosa noche, algo de mis profundos sueños, ni se os ocurra pensar que llegaré a contaros los secretos de mis deseos, ni los acertijos que aguarda mi estómago. Me niego a liberar a ninguna de mis cuidadas mariposas, ni mucho menos envolverla en cristal para enseñárosla, como si mis sentimientos fueran fruto de un museo en el que la entrada es gratis y puedes pasar a mirar y comentar si es hiperrealismo encerrado en un cubo, o tan solo mera imaginación.
No piensen que es egoísmo, no las voy a enseñar no porque no quiera que el resto de los mortales sepan las de cosas que a ellos les faltan, sino porque, cada una de mis mariposas están dibujadas con lápices distintos, algunas con color, otras pálidas, algunas mojadas o empapadas de acuarelas, otras sin terminar y algunas sin empezar. Todas son un claro reflejo de lo perpleja que he estado cuando no sé que decir, porque no sé que decir casi nunca, son mis idas y venidas, mis gritos y sofocos, mis lágrimas desahogadas. mis cuentos de ficción y mi manía de ver si respiro mientras duermo y no sueño con quien quiero soñar.
Calla esa boca que pide que devuelva mi zoológico, que vive y perdura por los siglos de los siglos, que no para de rugir y pienso, que tal vez no sea un zoológico y sea una selva, en la que los animales siguen sus instintos, y corren, golpeando todo lo que se interpone en su paso.
No pienso soltarlos porque no puedo soltarlos, porque viven en libertad. No piensos sacarlos, ni invitar a nadie a que pase a verlos, porque no necesito incrédulas opiniones sobre si viven o si los dejo vivir, porque yo solo sé, que aunque se prendieran fuego, seguirían viviendo.


Imagen de butterfly, love, and stomach

lunes, 8 de febrero de 2016

La falacia de los senti(dos)mientos

No hay mas miramientos para decir, que quien te quiere te busca.
Si no te busca, lo siento chica, estas anclada entre dos mentiras que se dan de hostias, pero no a ellas, sino a ti.
Me da risa la hipocresía.
Que bien que te las creas todas. Hasta que un día, bom. De repente, todos muertos.

lunes, 25 de enero de 2016

Esto no es

No quiero que me quiten mi apéndice, porque es mío. Tal vez lo vomite. Cuando arañe tanto que destruya todos mis órganos, pero cuando eso ocurra ya estaré muerta.
Y así quiero estar cuando ocurra, porque no quiero verlo y mucho menos sentirlo.
Como me abren en canal para sacarlo, como escupo toda mi sangre y mi corazón antes de escupirlo a él.
Tengo tanto miedo, que me he cubierto de pistolas.
Sin cargar.
Me da igual que se me hallan roto los espejos, y sea transparente, porque por fin se van a dar cuenta de que no merece la pena hacerme una transfusión de sangre.
Porque nadie es capaz de salvarme de esta muerte precoz, excepto tu causante.
Tal vez deba volver a ponerme las cosas que no son mías, a ver si así me confunden con alguien.

lunes, 18 de enero de 2016

A medio vuelo.

Que tu y yo nos hemos encontrado en medio de un camino sin hacer, como un náufrago en un bote a la deriva que se encuentra con un trasatlántico, nos hemos encontrado como se encuentran los anillos entre los cojines de los sofás, como una señal de humo, o una llamada de S.O.S.
Yo, que estaba envuelta en señales de peligro, pintada de rojo reflectante, y aun así me las has quitado todas, dejando al descubierto una piel de porcelana frágil que se hace pedazos con el viento.
Yo, que guardaba mi corazón en una jaula para pájaros, y lo único que experimentó de volar fue cuando la jaula se calló del mueble de salón y tú, que la has abierto creando una llave que no sabía que existía y lo has lanzado a un acantilado, sabiendo que no va a caer al vacío, pero por si acaso, lo has atado a un salvavidas, que no solo salva, sino que enseña a volar.
Que he estado toda mi vida despeinada y ahora llevo lazos en el pelo.
Me he atado al frío descomunal solo para que tú me abrigues.
Espero que entiendas, que llevo mas dentro de los bolsillos, que colgado en el cuello, porque me parece de mala educación llevar la receta de un veneno a la vista de todos.
Que grito que no puedo más, pero es por la presión de las enredaderas saliendo de mi estómago, que se ha creado en mí una selva que arde, que se esconde detrás de mis órganos vitales y se ata a ellos, así nunca podrán estar separados.
Mi vida,
De ti.