.

.

domingo, 23 de octubre de 2016

Haemolacria

Por la inercia de mis ojos que vivo soñando, que vivo pensando en los que se esconde tras los matorrales de tu inexactitud, y que duele.
Que abro las ventanas y entra en frío y duele,
limpio los cristales y miro, y duele,
y veo, y duele,
observo, y duele.
Me veo a mí sentada en la parte trasera de un porche.
Y me quedo ciega.
Nunca antes había llorado tanto,
Nunca antes había escuchado tantas cosas que temía escuchar.
El jueves que todos los miedos se hicieron realidad,
El día que el cielo se rió profundamente de mi,
De mis entrañas,
De las ocho veces que he sido estúpida.
Ya no recuerdo mi nombre, estaba escondido en el fondo de una botella,
La botella opaca que se rompió y todos pudieron ver lo que había dentro:
Decepción.
La botella que nunca supo nadar, porque le dolía.
La botella que se sentía producto de la contaminación del medio ambiente, al ser de cristal y cortar a los delfines.
Tengo que dejar de llorar antes de que entre alguien.

No hay comentarios:

Publicar un comentario