
También sueño con medusas, y las entiendo, se quejan y las oigo. Me gustaría ser como ellas, tan temidas. Pequeños seres que dan descargas, y que bonito sería producir electricidad debajo del agua. Sólo hay que entenderlas, se sienten solas, nadan hacia cualquier persona esperando una muestra de cariño, ojalá fuera como ellas, dejando marca en todo el mundo. Escocer y recordar que te la encontraste. Después una bonita cicatriz. Cicatriz que es cicatriz porque no se cierra. Nadar y que te saquen del agua porque eres un peligro, y que te entierren en la playa, que venga gente que no conoces para ver como te echan arena y poco a poco te entierran. Que asistan a tu funeral sin lágrimas, todos felices, me encantaría.
En eso se basan mis noches, en soñar, soñar cosas que no sé que quiero, que no sé que existen. Creo que debo llorar en sueños, de tanta confusión, porque el mundo sigue igual, pero mi cabeza cada noche se va por su cuenta, se convierte en pájaro y vuela cada rincón del planeta que me parece horrible. Me duelen los pies de caminar en mi cabeza, y la barriga de tener embarazos psicológicos creyendo que mi corazón es un bebé.
Quién viviese en tus sueños. En poesía.
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