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jueves, 2 de febrero de 2017

Pájaro

Tú, que eres una ruina, ya no habitas en mi pelo. Ahora que el invierno es largo y ya no caen más flores en mi ventana, puedo respirar.
Ahora sí, lo que será para siempre será nuestro recuerdo. Un desvelo tal vez de madrugada dentro de dos meses en los que nos preguntemos si aun seguimos vivos.
Tal vez un tren arrolle mi casa, pero nunca te darás cuenta.
Ahora que los pájaros siguen cantando y yo los miro con envidia desde mi balcón, sé que no pasa nada.
He parado de volar y la vida se ve distinta desde el suelo.
Tal vez me quede un rato mirando al cielo, por si cae alguna pluma más,
pero es tarde,
y tengo que volver a casa.

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