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domingo, 20 de abril de 2014

Estaciones.

De la cama al sofá hay demasiados pasos, y no quiero dejar de ver la primavera desde mi ventana.
El cálido aroma de tu ausencia recorre mi cuerpo, y no me importa. Mi cuerpo sigue tumbado, esperando una llamada de emergencia que no necesito.
Este triste otoño fue mojado, y la lluvia derrama todo los colores hasta llevarlos al mar.
Que triste es creer sólo cuando tienes una cruz delante. Que triste es desnudarse sólo cuando hueles a sal. Que triste es, empezar a hacerte heridas sólo cuando tienes desinfectante en las manos. Por lo tanto, que triste es amar sólo cuando sabes que te aman. Para valorar el amor hay que sufrir, y así decidir si merece la pena resucitar con cada amanecer.
Quiero ojos que se besen, y no tener que renovar de personalidad cada estación, como si fuera una planta.

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