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miércoles, 23 de abril de 2014

Odio el invierno


Siento un fuego intenso que me abrasa los órganos, que me pide que siga así, pero con calma, siempre con el terrible miedo a congelarse.
He estado mucho tiempo sentada a los pies de las puertas del abismo, en un punto muerto en el que las extremidades de mi cuerpo se caían.
He estado pendiendo de un hilo en medio del cielo desde el que podía caer al vacío, y para estar tan cerca del paraíso, se parecía más a los escombros del maldito infierno.
Tus ojos han estado persiguiendome, una persecución fría. Tus ojos escupen arena en estado sólido.
Eres tinta y borrones de unas manos que sólo quieren dibujar una sonrisa.
La brisa de otoño que te recuerda que en pocos días llegará el invierno, maldito invierno que me seca los labios.
Tus facciones fuertes me recuerdan que no lo eres, que eres débil, pero derrumbarias a cualquiera con tan sólo tocarlo.
Es inútil. Nombrarte. Hablarte. Besarte en sueños.
Inútil es una palabra tan fea...
Una vergüenza para la lengua, y una astilla para mi.

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