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domingo, 18 de octubre de 2015

Si la vida te da algo, clavatelo en los costados para que no se vaya.

Siento volver a tras para ponerle mayúsculas a todas las palabras que nunca te dije. Siento, en cambio, haberte dicho todas las palabras a las que nunca les hubiera puesto mayúscula. No sé como colocar todas estas letras para que tengan el mero sentido que se merecen.
Sólo sé explicar lo que ocurre dentro de mis venas con tristes disculpas que, no deberían de ser disculpas, las hice queriendo.
Debería disculparme conmigo misma por dejar de curarme las heridas de las manos.
También debería hacerlo por dejar pasar el tiempo mirando como las enredaderas crecían hacia mi ventana, dejando la fachada totalmente cubierta. Ansiosa porque invadieran mi cuarto.
Ahora puedo decir que estoy verde, y no de experiencia.

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