Tengo miedo a no ser suficiente.
A quedarme en las puertas de lo que podría haber sido.
Tengo miedo a ser insonora, a no bailar cuando los demás bailen.
A ser incompleta.
No quiero ser la primavera, pues me desespera las ansias.
La primavera es sólo un entretenimiento del que nos aprovechamos hasta que llega el verano.
Es un aviso, que se queda en las puertas.
Es insuficiente.
Quiero que las cosas lleguen de golpe, sin previo aviso, así mi cuerpo se acostumbrara a los terremotos y será más fácil arrancarte cuando mi cama te parezca fría.
Prefiero que las cosas tengan fecha de caducidad, a que se vayan caducando poco a poco.
Con cosas me refiero a ti, ya sabes.
No caduques nunca, por favor.
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jueves, 8 de mayo de 2014
Primaveras terroríficas.
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Prefiero la primavera al verano, con muchísima diferencia.
ResponderEliminarY el otoño al invierno.
Por sugerentes, por templados, por sutiles, por esperanzados.